Esmeralda Vilanova
Educadora social, 38 años, comenzó el programa en marzo de 2024
Llegué aquí después de años sintiendo que el dinero simplemente desaparecía de mi cuenta sin saber muy bien adónde iba. Trabajaba bastante, pero siempre terminaba el mes con ese nudo en el estómago. Lo que más me ayudó fue aprender a estructurar mis gastos de forma realista, no esos presupuestos imposibles que duran tres días. Ahora entiendo la diferencia entre lo que necesito y lo que compro por impulso o ansiedad.
Aspectos más valiosos del programa:
- Los ejercicios prácticos con mis propias facturas y extractos bancarios reales me ayudaron más que cualquier teoría
- Aprendí a identificar patrones de gasto emocional que ni siquiera sabía que tenía
- El enfoque gradual me permitió hacer cambios sostenibles sin sentir que me privaba de todo
- Las herramientas para planificar gastos irregulares (regalos, reparaciones) eliminaron muchas sorpresas estresantes